“¡Por fin! ¡El nuevo establo está listo!”. Lissi se mete nerviosa en el coche. Mamá arranca. “Espero que de verdad sea tan bonito como el Sr. Miller, el dueño, nos ha prometido!”, piensa Lissi. En cuanto llegan al establo de caballos, sale corriendo del coche. “¡Wow! ¡Es aún más bonito de lo que me había imaginado!”. Y realmente es así. Con sus puertas verdes y los marcos y las ventanas de color rosa el establo luce espectacular. Lissi se mete enseguida en el establo. Allí, en uno de los grandes boxes, la espera su querida yegua árabe Stella. “¡Te he echado tanto de menos!”, grita. Han pasado dos días realmente largos hasta que ambas han podido volver a verse. Lissi abraza a su caballo y coge la caja de comida con manzanas y zanahorias. Le da de comer a Stella y luego las dos salen por fin a cabalgar de nuevo. ¡Qué día tan maravilloso! El sol brilla, un joven potro árabe corretea por la dehesa, los pájaros cantan y Lissi está muy contenta por el nuevo establo. Luego almohazará a su yegua, le dará de comer y beber y por último, como regalo especial, le echará una flamante manta nueva por encima.