Mucho antes de poder divisar al hada y la lechuza, los habitantes de BAYALA® ya sienten la magia que despliegan por el aire. Desde el cielo, el hada saluda a los habitantes. Las plumas y las alas muy adornadas de la lechuza relucen plateadas al sol. Pero sus puntas destellan en color bronce. Con el hada, el mágico ser sobrevuela los extensos y coloridos campos florales de BAYALA®. Una vez allí, el resto de las hadas las reciben con curiosidad. La sabiduría y la dulzura de la lechuza de purpurina son bien conocidas en todo el reino.